El Gobierno francés presentó ayer su proyecto de ley para 'modernizar el sistema de Sanidad pública'. El texto, que deberá discutir la Asamblea Nacional, pone fin a 30 años de espera y a veinte anteproyectos que nunca llegaron ser sometidos a la aprobación de las Cámaras. 'Tiene que servir para que a partir de ahora la gente tenga menos miedo a ir al hospital', resumía Bernard Kouchner, ministro delegado para cuestiones sanitarias. La principal novedad de la ley y su eventual efecto tranquilizador radica en la 'creación de un fondo de indemnización' para las víctimas de los fallos sanitarios en los que no haya negligencia.
Hasta ahora los enfermos perjudicados por algún problema imprevisible y sin que mediara error humano tenían graves dificultades para ser indemnizados. Cuando era posible dictaminar quién era el hipotético responsable de los daños, el enfermo o sus familiares podían recurrir a los tribunales ordinarios pero en muchas situaciones (infecciones nasocomiales, causadas por un problema exterior al centro hospitalario, por ejemplo) quedaba desamparado.
En algunos casos célebres, como el de los hemofílicos contaminados por el virus del sida, el Estado asumió la responsabilidad sin que la Justicia le obligase. Sin embargo, en otros casos la víctima no obtuvo reparación alguna. La Seguridad Social tendrá un fondo para esas reparaciones. La ley consagra el derecho del paciente a acceder a su historia médica y favorece la participación de las asociaciones de usuarios.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 6 de septiembre de 2001