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El recambio en la alcaldía de El Puig se consuma sin 'tocar' intereses urbanísticos

El Partido Popular accedió ayer a la alcaldía de El Puig, un municipio de 7.412 habitantes y tres millones de metros cuadrados pendientes de desarrollo urbanístico, con el apoyo de una edil tránsfuga del PSPV. La moción de censura tuvo lugar en un pleno municipal en el que ningún grupo político fijo su posición en materia de urbanismo. En una localidad donde el metro cuadrado urbanizable se vendía hace algo más de 15 años a mil pesetas y ahora cuesta más de 60.000 pesetas, nadie quiso meterse en camisa de once varas.

María Alfonsa Vázquez, la nueva alcaldesa del PP, que accede al gobierno municipal por primera vez desde la transición, se limitó a prometer la construcción de un centro de secundaria -paralizado hasta ahora por la Consejería de Educación-, una residencia para la tercera edad y la mejora de las infraestructuras en la playa.

El alcalde saliente, el socialista José María Vidal, dejó su cargo tras 14 años en el mismo, y tras replicar a los argumentos de ingobernabilidad expuestos por los populares recordó que este partido sólo se había interesado por temas urbanísticos desde la elección de la nueva Corporación.

El edil del Bloc, Vicent Porta, fue el más claro al señalar que María Alfonsa Vázquez accede a la alcaldía 'con varios proyectos urbanísticos sobre la mesa y que a partir de ahora va a gobernar la cúpula del PP' .

La concejal tránsfuga Rosa María Albors sólo se limitó a facilitar el cambio de gobierno local en un hemiciclo repleto de vecinos exaltados y altos cargos del PSPV y del PP que arroparon a sus concejales.

El nuevo equipo de gobierno municipal tendrá ahora que decidir sobre el futuro desarrollo de varios negocios inmobiliarios que algunos estiman en más de 100.000 millones de pesetas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de septiembre de 2001