La proximidad del nuevo curso escolar ha convertido la compra de los libros de texto es una de las principales preocupaciones de los padres, que se esfuerzan en buscar las mejores ofertas y promociones.
La Dirección de Consumo del Gobierno vasco ha puesto en marcha una campaña de inspección para controlar que las librerías y las grandes superficies comerciales que se reparten este negocio cada vez que comienza un año lectivo cumplen la normativa sobre la venta de manuales.
Las reclamaciones de los ciudadanos llevó el año pasado a Consumo a realizar su primer control, constatando que el 73% de las grandes superficies comerciales que existen en Euskadi (11 de 15) incumplieron la norma. En algunos casos no especificaban el precio de venta al público, con lo que no es posible comprobar el verdadero descuento de los libros, y en otras casos no facilitaban los catálogos con los precios de los manuales. Después de las oportunas recomendaciones, la campaña comprobará si se han subsanado las irregularidades y atendido los requerimientos que la Administración realizó en 2000. El Gobierno central abrió el año pasado a las grandes superficies la posibilidad de vender estos libros.
Los inspectores de Consumo visitarán un total de 30 establecimientos comerciales, entre librerías y grandes superficies. Cinco de ellas en Álava, 14 en Vizcaya y 11 en Guipúzcoa. La campaña finalizará el 20 de septiembre. Hasta el año pasado, las grandes superficies no podían participar en este negocio. Pero un decreto aprobado por el Gobierno central en junio de 2000 estableció la liberalización de los precios de los libros de texto a partir de la tarifa de salida de las editoriales y, por lo tanto, permitió a las superficies comerciales más grandes acceder a este mercado. La medida del Ministerio de Economía afecta a la venta de los manuales de las etapas de Primaria y Secundaria.
Esta normativa elimina otra anterior de 1997, por la que los comerciantes podían rebajar los libros de texto un máximo del 12%. Ahora, los descuentos llegan a superar hasta el 25% en las grandes superficies. El director de Consumo, Rodrigo García Azurmendi, explicó que parte de las deficiencias observadas el año pasado se deben a la premura con la que se pusieron a la venta los libros en las grandes superficies tras aprobarse la nueva normativa, lo que provocó cierta confusión en los vendedores.
Como datos más importantes, los compradores deben saber que en cualquier establecimiento donde se vendan libros de texto es obligatorio que se indique el precio completo de estos artículos. En el caso de que haya descuentos, debe especificarse el precio de venta al público y el precio con descuento. El precio debe estar visible a través de la impresión de la cifra en cada libro, incorporando etiquetas adhesivas o mediante un catálogo que el establecimiento debe facilitar a los clientes cuando lo reclamen.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de septiembre de 2001