La UE apoya la idea de una presencia militar en Macedonia, preferiblemente bajo el mandato del Consejo de Seguridad de la ONU, una vez que el próximo día 26 concluya la misión de la OTAN, cuya exclusiva función es la recogida de armas de la guerrilla. Así se desprende de la reflexión de los ministros de Exteriores de los Quince, reunidos este fin de semana con carácter informal en la localidad de Genval, cerca de Bruselas, con una abultada agenda en la que destacan la crisis en el país balcánico y Oriente Próximo.
El encuentro comenzó descabezado pues el ministro belga, Louis Michel, cuyo país ocupa la presidencia de la Unión, seguía en Durban (Suráfrica) tratando de buscar una fórmula que satisfaga los intereses europeos en el texto final de la Conferencia Mundial contra el Racismo.
Aun cuando la cuestión macedonia no será discutida de forma directa hasta hoy una vez se incorpore Michel a la discusión, existe la voluntad generalizada de que la UE, al margen del respaldo financiero a la reconstrucción, siga militarmente en la pequeña ex república yugoslava bajo el paraguas de la Alianza Atlántica o con un amplio mandato de la ONU. 'Debemos evitar un vacío en el plan de seguridad cuando el mandato de la OTAN llegue a su fin', según el Alto Representante, Javier Solana.
Para el ministro alemán Joschka Fischer es conveniente lograr un compromiso con EE UU, y verosímilmente con el apoyo de Rusia, de modo que se constituya una nueva misión militar con un mandato del Consejo de Seguridad de la ONU. Más explícito ha sido el ministro español Josep Piqué, quien considera que las tropas actualmente desplegadas deberían permanecer al menos 'dos o tres meses'. La decisión de prolongar la operación 'no depende de la OTAN sino de los Gobiernos de los países miembros de la organización', subrayó esta semana un portavoz oficial atlántico.
En medio de las reflexiones europeas, Borís Trajkovski lanzaba ayer un mensaje desde Skopje como presidente de un país soberano: 'La OTAN deberá abandonar el país una vez completada la misión de desarmar a la guerrilla. Si permanece habrá una paz falsa'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 9 de septiembre de 2001