Tomás Rojo, de 11 años, es ya un experto en lo que a la primaria se refiere, un nivel educativo que dejará atrás este curso para adentrarse en la secundaria en un colegio privado de Madrid. Por eso se permite dar consejos a los niños que este año afronten por primera vez el colegio. 'Si tuviera que decir algo a los que empiezan la primaria les diría que estudien mucho, que hagan los deberes y que sean puntuales', exclama con convicción. Y añade: 'Pero, sobre todo, les diría que se creen buena fama con los profesores al principio de curso, para que luego les dejen en paz'. También se permite dar ánimo a los más perezosos: 'Les diría que no se preocupen, que aunque les cueste un poco al principio, al final les va a gustar porque van a aprender a leer y eso es muy divertido'.
Pero Tomás -que estudia pero no es 'pelota'- quiere ser realista con los más novatos. 'Al principio cuesta un poco de trabajo. Sobre todo porque hay que madrugar mucho, hay que hacer deberes y tienes que estar todo el día metido en el colegio. Pero luego te das cuenta de que aprender es divertido y cuando sabes cosas nuevas te sientes aliviado y feliz', explica. Además, no todo es aburrido: están los amigos, que es lo que más ilusión le hace de su vuelta al colegio, la gimnasia y los recreos, 'que sirven para jugar y desahogarse del agobio de las clases'. Por eso, aunque prefiere estar de vacaciones, a él no se le hace muy duro dejar la primaria y regresar a la dura rutina en una nueva etapa escolar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 10 de septiembre de 2001