Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

50 encapuchados atacan la comisaría de la Ertzaintza en Mondragón

Incendiadas dos agencias de viajes y dos cajeros en San Sebastián

La noche del sábado registró dos violentos ataques de los simpatizantes de ETA en Guipúzcoa. Poco antes de la medianoche, y tras conocerse la muerte de un concejal de Batasuna en accidente de tráfico cuando iba a visitar a una presa de ETA, medio centenar de encapuchados lanzaron cócteles mólotov contra la comisaría de la Ertzaintza de Mondragón. No hubo heridos. Al mismo tiempo otro grupo de radicales atacaba dos comercios y dos cajeros en la parte vieja donostiarra.

El ataque contra la comisaría de la policía autonómica de Mondragón se produjo por sorpresa y fue muy violento, pero no causó daños personales a los agentes que se encontraban de servicio. Según fuentes de este cuerpo, hacia las once y media de la noche del sábado unas 50 personas, en su mayoría portando capuchas, aparecieron ante el edificio de la comisaría, situado en el número 2 de la calle de Makala, y arrojaron contra la fachada y los laterales una lluvia de cócteles mólotov para rápidamente darse a la fuga.

Los artefactos caseros provocaron pequeños incendios en varias ventanas de madera de las fachadas principal y lateral, que fueron sofocados por los agentes con sus extintores sin necesidad de recurrir a los bomberos. Las huellas de los múltiples fuegos producidos por las llamaradas de los artefactos explosivos eran ayer perceptibles en las fachadas ennegrecidas de la comisaría. El ataque produjo también abolladuras y daños importantes en cuatro vehículos que estaban aparcados en la calle junto al edificio policial.

Los agresores se dieron a la fuga tras protagonizar el rápido ataque. No hubo detenciones. La policía autonómica de esta localidad guipuzcoana, cuna del movimiento cooperativo vasco, recuperó más tarde 16 cócteles mólotov que abandonaron en su huida.

Simultáneamente, una veintena de radicales protagonizaba otro violento ataque en la parte vieja de San Sebastián, en las calles paralelas Aldámar y San Juan. Los artefactos incendiarios que lanzaron impactaron contra las oficinas de Viajes Abando y Viajes Barceló, así como contra dos cajeros automáticos del Banco de Vitoria y del BSCH. Las dos agencias de viajes resultaron con importantes desperfectos al producirse incendios que requirieron la intervención de una dotación del cuerpo de bomberos municipal.

La presidenta del Partido Popular de Guipúzcoa y concejal de San Sebastián, María San Gil, condenó los sabotajes callejeros de Mondragón y San Sebastián y destacó que la Ertzaintza "cuenta con el apoyo de todos los ciudadanos de este país". "Los responsables de estos actos de violencia son sólo una minoría de fanáticos que actúan movidos por el odio y el resentimiento que albergan", añadió San Gil.

Estos episodios de violencia callejera se producían horas después de conocerse la noticia de las muertes del concejal de Euskal Herritarrok (EH) de Soraluze Iñaki Sáez y de Asier Heriz, también vecino de este pueblo guipuzcoano, en un accidente de tráfico -en el que resultó gravemente herida la esposa del edil- en el municipio de Adanero (Ávila), a 30 kilómetros de la cárcel de Brieva, donde iban a visitar a la presa de la organización terrorista Lourdes Txurruka.

Los dos fallecimientos causaron conmoción en el mundo de la izquierda radical. La organización que agrupa a los familiares de los presos de ETA, Senideak, se apresuró el mismo sábado a atribuir la responsabilidad de estas muertes a la "dispersión de los presos vascos en las cárceles españolas" que obliga a sus familiares y amigos a realizar miles de kilómetros cada fin de semana para visitar a sus allegados. Al término de un homenaje que anoche se tributó a los dos fallecidos en Soraluze, seis encapuchados cruzaron contenedores en las calles y quemaron una sucursal del BBVA.

El diario Gara, afín a la izquierda abertzale, recordaba que, desde 1982, han fallecido en accidentes de tráfico diez familiares o amigos de reclusos etarras cuando se desplazaban a visitarlos.

Uriarte y la paz auténtica

El obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, planteó ayer como 'requisito fundamental' para la consecución de una paz auténtica 'el respeto activo desde el momento de su detención y a lo largo de su periodo penal' de todos los ciudadanos, incluidos los responsables de delitos de terrorismo. Uriarte reivindicó de nuevo el diálogo que haga posible la paz y abogó por un espacio de convivencia común en el que quepan 'todos', apretándose 'un poco'. En una homilía oficiada en el Santuario de la Virgen de Aránzazu, el prelado insistió: 'La paz es posible si tenemos el valor de dialogar'. Uriarte aseguró que hay una generación en ETA, entre los 35 y los 50 años, 'minoritaria pero no insignificante', que se pregunta ahora por el sentido de su vida.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 10 de septiembre de 2001

Más información