Ante las críticas que han surgido dentro de su propia formación por el vaivén de los pactos con el PNV, la dirección de Izquierda Unida en el País Vasco ha preparado un documento, anexo al texto del acuerdo de Gobierno con los nacionalistas, para tratar de demostrar lo beneficioso que puede ser en materia social.
En el cuadro preparado por IU se detallan los compromisos presupuestarios acordados con el PNV. La conclusión que establece es que, en los cuatro años que debe durar la legislatura, el "logro" de la coalición para gastos sociales asciende a 69.600 millones de pesetas.
Una de las críticas que más insistentemente ha recibido el líder de IU en el País Vasco, Javier Madrazo, es que no ha explicado por qué no pactó en junio y sí lo hace ahora. "¿Qué ha cambiado?" se preguntan los que son contrarios al acuerdo, especialmente dirigente del PCE. Por eso la dirección de Ezker Batua (la IU vasca) ha preparado un folio de datos. El argumento es simple: los nacionalistas han aceptado mejoras presupuestarias en asuntos sociales que no quisieron firmar en junio.
El detalle de esos 69.600 millones en cuatro años se desglosa, dentro de lo que gestionará IU, en 30.000 para vivienda; 2.000 para servicios sociales y 4.000 para inmigración. En cooperación al desarrollo el papel preparado por ellos mismo asume que no habrá ningún crecimiento. El resto del aumento sale de un tanto que se apunta IU. Aunque no ha logrado, como quería, gestionar la renta básica, sí sostiene en su documento que, como ha entrado dentro de la negociación, en cuatro años el PNV y EA-que gestiona este apartado- se han comprometido a aumentar en 33.600 millones de pesetas la cantidad destinada a este gasto social.
Acuerdo en pacificación
Ésta es la interpretación que hace IU del pacto, pero lo que sí es seguro, porque está en el acuerdo de 15 páginas firmado por las tres formaciones, es que todas ellas están absolutamente de acuerdo en lo que se refiere a pacificación. El pacto defiende un diálogo "sin límites" con las fuerzas democráticas y plantea la necesidad de iniciar un "proceso de distensión y acercamiento" entre todos los partidos que rechazan la violencia.
Mientras el coordinador general, Gaspar Llamazares, se muestra como uno de los máximos adalides de esta incorporación al Ejecutivo vasco porque "fomenta el diálogo entre nacionalistas y no nacionalistas", las críticas llegaron ayer, como el domingo, desde todos los frentes, incluido el interno. El secretario general del PCE, Francisco Frutos, se limitó a recordar a Servimedia que él siempre ha estado en contra de esta opción: "Mi posición es conocida. Ya analizaremos dentro de unos meses cuál es la posición política que tenía más razón. A veces es mejor ver lo que ocurre". Desde el PCE se pide un referéndum para ver si las bases están de acuerdo con este pacto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 11 de septiembre de 2001