Las bases de Rota (Cádiz) y Morón de la Frontera (Sevilla), donde se concentra la presencia militar norteamericana en España, se pusieron ayer en situación de alerta máxima tras la oleada de atentados terroristas en EE UU. A las cinco de la tarde, según fuentes de la base gaditana, los trabajadores españoles que todavía se encontraban en las dependencias militares norteamericanas, unos 400, recibieron la orden de desalojar y marcharse a casa. La vigilancia de las instalaciones fue reforzada, tanto del perímetro exterior, a cargo de la Policía Militar, como del espacio aéreo y radioeléctrico. Efectivos de la Guardia Civil se encargaron de redoblar la seguridad del Cuartel General del Mando Regional del Sudoeste de la OTAN, en Retamares, en las proximidades de Madrid.
Las bases de Rota y Morón constituyen, junto con su embajada de Madrid, los elementos más sensibles de la presencia norteamericana en España y se han puesto en alerta cada vez que se ha producido un conflicto internacional. De hecho la situación de alerta afecta a todas las instalaciones de las Fuerzas Armadas de EE UU y de la OTAN en Europa, según fuentes del Ministerio de Defensa.
2.000 militares
Tras la retirada de Torrejón de Ardoz (Madrid) y Zaragoza, el grueso de las tropas norteamericanas se concentran en Rota. Aunque el convenio de 1988 permite a EE UU tener un máximo de 5.250 militares y 746 civiles en la base gaditana, actualmente su presencia se limita a 280 oficiales y 1.800 suboficiales, así como a más de un millar de civiles, entre empleados y familiares.
Por el contrario, la presencia norteamericana en Morón es muy inferior, unas 300 personas en total, aunque este número se multiplica en situaciones de crisis. A primera hora de la tarde, según fuentes de los departamentos de Asuntos Exteriores y Defensa, EE UU no había presentado ninguna solicitud para utilizar las bases en España en una eventual operación de represalia por los atentados en suelo norteamericano.
El Gobierno español autorizó el pasado 19 de enero un proyecto para construir en Rota 16 aparcamientos de grandes aviones de transporte, del tipo G-5 Galaxy, por un valor de 18.000 millones de pesetas, lo que la convertirá en la principal cabeza puente de las fuerzas norteamericanas en el sur de Europa. Hasta ahora, la base tenía un carácter predominantemente naval y su principal valor estriba en los sistemas de comunicaciones y de guerra electrónica, así como en los aviones espía P-3 Orion, del mismo tipo del que provocó la última crisis entre Estados y China, dedicados a la vigilancia del Estrecho.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 12 de septiembre de 2001