El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, prometió anoche a sus conciudadanos que los autores de los atentados serían detenidos y llevados ante la justicia. "No distinguiremos entre los terroristas y quienes les protegen", dijo, refiriéndose a la posible participación indirecta de algún gobierno en la matanza. "Nuestro Ejército", afirmó, "es poderoso y está preparado". Bush dirigió su mensaje al país desde el despacho oval de la Casa Blanca, a la que había regresado por la tarde después de pasar casi toda la jornada a bordo del avión presidencial o en aeropuertos considerados más seguros que Washington. Fue un mensaje breve en el que citó la Biblia y habló de la "incredulidad, la terrible tristeza y la tranquila rabia" con que concluía una jornada trágica en la que, dijo, "se han perdido miles de vidas en innobles y maléficos actos de terror" . "Nunca olvidaremos este día", agregó. "Lo prioritario ahora es atender a los heridos y asegurar la protección de los ciudadanos estadounidenses frente a posibles nuevos ataques", dijo. "Pero la búsqueda de los autores de este asesinato en masa ya ha comenzado", añadió.
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El presidente norteamericano anunció que los edificios federales de Washington, evacuados durante el día de ayer, volverían a funcionar hoy con la mayor normalidad posible y trató de tranquilizar al país. "Pueden hacer temblar los cimientos de nuestros edificios más altos pero no podrán quebrar los cimientos de América". "Nuestra economía", agregó, "sigue funcionando", aunque las Bolsas permanecerán hoy cerradas.
George W. Bush agradeció la solidaridad expresada por la comunidad internacional y señaló que contaba con la cooperación de sus aliados para enfrentarse a los responsables del ataque. "Estamos juntos para ganar la guerra contra el terrorismo. Ya nos hemos enfrentado antes a otros enemigos y hemos salido vencedores", recordó.
Tras su aparición en todas las cadenas de televisión, Bush convocó una nueva reunión del Consejo de Seguridad Nacional en la Casa Blanca. El consejo había permanecido en reunión todo el día, aunque sus miembros se encontraban en lugares distintos y la comunicación se realizaba por vía telefónica. Los miembros del Congreso, tanto republicanos como demócratas, se habían reunido brevemente por la tarde para expresar su total respaldo a cualquier iniciativa presidencial.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 12 de septiembre de 2001