Las autoridades estadounidenses concedieron anoche (hora española) permiso para la reanudación de vuelos comerciales sobre territorio de EE UU, eso sí con numerosas limitaciones y estrictas normas relativas a la seguridad en el interior de los aparatos entre los que destaca la prohibición de los cuchillos que se reparten en las comidas y la imposibilidad de realizar la facturación fuera de las terminales aeroportuarias.
En principio sólo los pasajeros de los vuelos que el pasado martes fueron desviados a Canadá fueron autorizados a proseguir hasta su destino. La noticia hizo respirar con alivio a más de 30.000 viajeros atrapados en aeropuertos de Canadá desde la costa atlántica y al Pacífico, y muchos de ellos situados en remotas localidades del país.
El Gobierno de EE UU también autorizó que aviones vacíos viajaran a diversos aeropuertos del país a fin de que al reanudarse el servicio todo funcione con normalidad. Los aviones de carga que fueron desviados también fueron autorizados a llegar hasta su destino.
Por otra parte, tres pasajeros musulmanes que viajaban desde Santiago de Chile hacia la capital de Argentina fueron expulsados ayer de un avión de la compañía alemana Lufthansa, después de que el piloto de la aeronave se negara a trasladarlos alegando razones de seguridad. Los pasajeros, dos mujeres y un hombre que vestían a la usanza musulmana, fueron sacados a la fuerza del Boeing que viajaba a Buenos Aires, después de que, según se indicó, el capitán de la nave recibiera órdenes desde Bonn que le impedían llevar a personas de esa religión por motivos de seguridad tras los atentados terroristas ocurridos ayer en Estados Unidos. Después de varias horas de discusiones, y después de que los pasajeros del avión afectado apoyaran al piloto de Lufthansa, los tres musulmanes fueron llevados a Buenos Aires por la línea aérea LanChile.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 13 de septiembre de 2001