Quizás no suenen raras unas líneas de homenaje de una mujer política a una mujer escritora y dedicada al periodismo político, aunque se salga de todos los cánones al uso. Porque el universo al que pertenecía se salía de todos los cánones. También su última novela, Fin de fiesta, que nos ha regalado. Ya es difícil acercarse al fondo de las cosas presumiendo frivolidad. Bálsamo sobre la vida. Hacerlo sobre la suya propia exige algo que ella tenía y que no es frecuente encontrar. Con esta levedad y así, entre este marasmo de noticias entre las que irremisiblemente se va, se dejan las grandes cosas, se pierden los grandes talantes. Pero no por esta levedad dejan de ser grandes. Y no por ello dejamos de honrarla y de reconocerla. Éste es su gran legado político, su legado humano. En la línea de su madre. En la línea de las grandes mujeres.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 14 de septiembre de 2001