Durante estas vacaciones he tenido tiempo de reflexionar sobre mi ciudad, Leganés.
Lo primero que he notado es la manera sibilina de calmar su sed recaudatoria llevada a cabo por nuestro equipo de gobierno (Partido Socialista Obrero Español-Izquierda Unida).
No sé si es casualidad, pero a lo largo de todo el año nuestra economía familiar está siendo toreada cual toro de Miura en La Cubierta (plaza de toros de la localidad).
Empezamos en marzo, primer plazo de la contribución (primer puyazo).
Seguimos con el impuesto de vehículos (segundo puyazo).
Venimos de vacaciones (cambio de tercio) y, ¡sorpresa!, segundo plazo de la contribución (par de banderillas) y agonía económica familiar. Hemos sobrevivido.
Un buen aficionado a los toros, como el señor alcalde, sabe que el toro ha de dejar su vida en la plaza. Como otros años nuestra economía ha sobrevivido, este año nos mete la estocada en todo lo alto (ecotasa).
Señor alcalde, los encierros de Leganés son renombrados. Espero que, a partir de esta carta, los demás ciudadanos conozcan el espectáculo completo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 14 de septiembre de 2001