He leído en este periódico un artículo sobre la futura implantación de una central que dirija las ambulancias, y de las maravillas que va a obrar, y de lo bueno que va a ser el servicio a partir de ahora.
La realidad es otra, y muy distinta; quería decir que esa medida es buena, muy buena, pero no va a acabar con las carencias por mucho que se esmeren los coordinadores de los servicios en tapar con sus declaraciones.
A partir de ahora coexistirán dos servicios, el de las ambulancias normales y los centros coordinadores de emergencia 061, 092 y 112, esperando que la comunicación de estos centros sea fluida, cosa que dudo.
Pero eso no quita que muchos alcaldes deban pensar en reforzar sus ayuntamientos con servicios de ambulancias, esto no está resuelto, pues el control de los servicios de emergencia por los ayuntamientos les da eficacia y rapidez, sabiendo en todo momento cómo está el tráfico y complementando las ambulancias con otros servicios como bomberos o policía de la localidad; no lo digo yo, lo dice el Samur en una ciudad tan complicada como Madrid.
Seguro que algún responsable local del sur de la Comunidad se frota las manos con el pensamiento de que le han solucionado sus problemas de ambulancias, y así poder gastarse los dineros en urbanismo, que es más rentable.
En todos los países avanzados se sabe que para que las cosas funcionen bien las tiene que hacer uno mismo, y me parece duro decir que con un centro coordinador se arregla todo; se arregla con ánimo de poner todas las administraciones un poco de su parte, que no es mucho, algunos poniendo ambulancias en sus pueblos que sean avisadas por este centro coordinador, y otros, poniendo centros coordinadores como éste.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 14 de septiembre de 2001