La magia ha llegado a Granada. Pero no es la que buscan los turistas cuando visitan la Alhambra y caen en el hechizo de otro tiempo histórico. En esta ciudad hay ahora mismo alrededor de 500 de los mejores magos del mundo, que intercambian sus juegos y deslumbran a sus compañeros con nuevos inventos.
Galas, conferencias, concursos y exposición de productos se suceden desde el pasado jueves hasta el domingo. Los ilusionistas pasan estos días absortos en la magia. Hay magia en las salas del Palacio de Congresos, en los pasillos durante los intermedios, en los hoteles donde se hospedan e incluso en las comidas. El mago Fantasio no tuvo problemas con las espinas del pescado que comían los congresistas ayer, pues las hizo desaparecer entre sus manos. Algunos de los veteranos que ya se conocen de años, como Juan Tamarit o Montty, aprovechan la ocasión para improvisar fiestas de magia que pueden llegar hasta altas horas de la madrugada.
Estos especialistas intentan sorprender constantemente a sus compañeros durante los días del congreso. Resulta todo un reto hacer magia para magos. Durante el encuentro, el 24º Congreso Mágico Nacional, se celebra el concurso nacional donde compiten 38 magos en las distintas categorías: cartomagia, micromagia, manipulación, mentalismo o grantes ilusiones, entre otras.
Los concursantes hacen juegos con los típicos objetos, monedas, cartas, papeles e incluso palomas que aparecen entre pañuelos. El público habitual de un mago se queda atónito ante el primer golpe de efecto y sigue el resto del espectáculo sin tiempo a asimilar el juego anterior. Pero aquí los competidores tienen que deslumbrar a algunos de los magos más veteranos del país, que conocen casi todas las técnicas.
'Lo más importante es aportar cosas nuevas, inventos o formas innovadoras de aplicar un mismo truco', explica el mago Llorens. 'Por eso, el engaño ha de ser doble: cuando el jurado piensa que la moneda está escondida en la otra mano, el mago ya tiene que tenerla en un bolsillo'.
Durante este encuentro todos los ilusionistas aprenden unos de otros, a pesar de que algunos de ellos, sobre todo los invitados, tienen ya un gran prestigio. Es el caso de Mago Migue, Montty, Profesor Rochy, Aldo Colombini, Dan Garrett, Juan Tamariz o Henry Evans. 'También hay otros que son banqueros o albañiles y que no son conocidos por la opinión pública pero su magia es excepcional'. Entre ellos, pero con la mayor discreción hacia los ajenos, no hay secretos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 15 de septiembre de 2001