Dmitri Trenin, vicedirector del Centro Carnegie de Moscú (filial de una institución norteamericana), no tiene 'ninguna duda' de que las armas nucleares están bajo control en Rusia. En su opinión y en la de otros expertos, el peligro de robo es insignificante comparado con la fuga de cerebros y la posible transferencia de tecnología. Por su parte, Greenpeace, la organización que sigue con más atención el problema, opina que no es fácil para un grupo terrorista obtener en Rusia o en otros países de la ex URSS materias primas para fabricar bombas nucleares. Maxim Shingarkin, coordinador del departamento de Energía de Greenpeace en Rusia, cree que el armamento nuclear está seguro. 'Greenpeace ha analizado el sistema de recuento de las armas nucleares y el sistema de almacenamiento tanto ruso como soviético y ha llegado a la conclusión de que las autoridades dicen la verdad al afirmar que no hay ninguna arma nuclear no controlada'. Tampoco hay fundamentos para considerar probable que algún grupo terrorista pueda conseguir materia prima suficiente para hacer un 'artefacto explosivo atómico'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 16 de septiembre de 2001