Me gustaría denunciar ante ustedes la lastimosa situación que se viene dando durante los últimos meses ante la pasividad completa (salvo cuando hay heridos y/o muertos) de la policía: agresiones homófobas en la zona de Chueca, sean o no homosexuales.
Ya está bien de girar la cabeza hacia otro lado.
Infórmense. Verán que estas agresiones están comenzando a ser muy habituales. Y lo peor, son consentidas, ya que no hacen nada en su contra.
Aparte de todo esto, y por si fuera poco, en la plaza de Chueca, junto al metro, llueva, nieve o haga sol, los camellos hacen su agosto.
Mercamadrid a su lado es cosa de aficionados. Lo suyo va a lo grande. Y, si no me equivoco, los protagonistas de las agresiones son ellos, junto con alguno más que se apunta.
Si no hacen algo, esta zona tan pacífica volverá a ser como fue en el pasado: foco de inseguridad y drogas.
Por favor, tomen medidas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 16 de septiembre de 2001