Los hinduistas lo llaman kartika, los occidentales noviembre. Para los primeros, éste es un mes sagrado en el que purificarse bañándose en el lago de Pushkar, al norte de la India, un lugar donde también se hace negocio vendiendo ganado, lo que lo ha convertido en sede de una de las ferias más coloristas del país. El fotógrafo Ricard Profitós expone hasta finales de noviembre en la librería barcelonesa Altaïr (Gran Vía, 616) una serie de fotografías en blanco y negro donde refleja la singularidad de esta feria a la que acuden cada año 200.000 personas y en la que se comercia con hasta 50.000 cabezas de ganado.
El camello es el rey de esta feria y también lo es de las instantáneas en blanco y negro donde Profitós hace del perfil de este animal una figura majestuosa entre las arenas del desierto de Rajasthán. El fotógrafo barcelonés revisa también en esta exposición una década de su vida como corremundos con un reportaje que refleja la espectacularidad de espacios naturales protegidos de todo el planeta: la Garganta del Diablo del Iguazú, formando el límite entre Brasil y Argentina; el Parque Marino de Fernando de Noronha, en Brasil, y el pico del Annapurna, en Nepal, son los paisajes congelados por el objetivo de Profitós. Él invita así al visitante a recorrer el mundo con sus fotografías y a conocer la evolución de su trabajo durante una década. Un tiempo en que pasa de la mirada en color sobre la belleza del paisaje natural a la fijación en blanco y negro de otros sistemas sociales y sus costumbres.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 17 de septiembre de 2001