Para Diego Triguero Acosta, un alumno de 15 años del Instituto de Griñón (Madrid), tener compañeros de otras nacionalidades no es nada exótico. Si en primaria se dio cuenta de que las aulas multiculturales -algo cada vez más frecuente- tenían sus 'ventajas', en secundaria ha descubierto que también tienen repercusiones en la organización para los docentes. 'Como siempre ha habido muchos marroquíes, terminaron por llevar una profesora especial para ellos. Los saca de clase dos horas al día y les hace los estudios más fáciles. También les enseña español porque ella habla árabe. Si van bien, al final se pueden incorporar con nosotros normalmente', explica. Y añade que el trato con los docentes suele ser bueno: 'Los profesores los tratan muy bien: hablan más despacio para que les entiendan y les explican las materias con paciencia'.
Sin embargo, reconoce que los conocimientos de los inmigrantes 'son más bajos', aunque no siempre repercuta en el funcionamiento de la clase. 'En lengua todavía se apañan porque están hablando y más o menos lo entienden, pero en matemáticas es otra cosa. Con las ecuaciones, por ejemplo, se volvían locos y no sabían por dónde pillarlas. Por eso, su profesora, que es quien luego les pone las notas, les da unos trabajos especiales para que hagan cuando estén con nosotros'.
'Es mejor tener compañeros de todas las nacionalidades. Así conoces cosas de sus culturas. Ellos te aportan sus conocimientos y nosotros los nuestros', explica este joven, quien, además de compartir aulas con ellos, también los saca de marcha; sin embargo, la convivencia no siempre es idílica. 'Creo que en primaria los compañeros les discriminan más, porque todos somos más pequeños, y se les hace alguna novatada. Como cuando en mi colegio ataron a un marroquí que acababa de llegar a una canasta'. En secundaria, asegura, la crueldad se rebaja: 'Hombre, claro que a veces hay peleas, pero no es porque sean inmigrantes. También me pueden pegar a mí si hay algún pique'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 17 de septiembre de 2001