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Los severos controles de equipajes amenazan la nueva terminal de Barajas

Tras más de dos años de trabajo, un proyecto de 35.000 millones puede quedar paralizado

La terminal del aeropuerto de Barajas que se está construyendo en el subsuelo del paseo de la Castellana, justo bajo el corazón del Madrid financiero, se enfrenta a un futuro incierto. Las nuevas normas de seguridad adoptadas para extremar los controles en la facturación de equipajes pueden convertir en una inversión inútil los 35.000 millones de pesetas gastados por el Gobierno autónomo en el proyecto.

Prevista su inauguración para la próxima primavera, se prevé que unos 65.000 viajeros utilizarán la nueva terminal para llegar a Barajas habiendo facturado su equipaje varias horas antes de tener que desplazarse al aeropuerto. Un servicio que la Consejería de Transportes de Madrid ha 'calcado' de una zona de embarque existente sólo en Hong Kong.

Diseñada pensando en los hombres de negocios que se desplazan a la capital para asistir a reuniones de trabajo, la nueva terminal se enmarca en un gran intercambiador de transportes donde confluyen tres líneas de metro, trenes de largo recorrido y cercanías (estación de Nuevos Ministerios) y varias líneas de autobús.

Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), organismo dependiente del Ministerio de Fomento, se opuso en un principio a los planes del Gobierno regional de ubicar en el intercambiador una terminal aeroportuaria ante los problemas que plantea precisamente la seguridad de los equipajes. Ahora, las nuevas medidas que se implantarán para controlar la facturación harán necesario un replanteamiento del proyecto para reforzar la seguridad ante las nuevas amenazas terroristas.

Tras más de dos años de trabajo, las obras se encuentran muy avanzadas. La terminal contará con un gran vestíbulo equipado con mostradores para habilitar hasta 45 puntos de facturación de equipajes. Está previsto que las maletas viajen a Barajas en contenedores sellados ubicados en un vagón de metro específico para ellos. Una vez en el aeropuerto, cada equipaje deberá ser redistribuido por el personal de Barajas según el destino de cada maleta.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 17 de septiembre de 2001