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OPINIÓN DEL LECTOR

Terrorismo pasivo

Castilleja de la Cuesta (Sevilla)

Soy un superviviente de la construcción y tengo la costumbre de llevar una radio que me acompaña todos los días en el tajo. Desde hace tiempo escucho noticias sobre la muerte por 'accidente' de albañiles; según los sindicatos y otros medios, las causas son la poca seguridad que hay en las obras.

Tengo 45 años y, de ellos, 30 trabajando en la construcción, así que me gustaría, antes de jubilarme (si llego), que atajasen el problema de raíz el Gobierno, los sindicatos y la patronal, por conciencia, dignidad y obligación.

Mis años y continuo razonar sin cese me indican un único camino a seguir, sin dejar al margen formación profesional y seguridad: prohibir por ley el trabajo a destajo.

La construcción, en general, conlleva muchísimo riesgo, y el trabajo a destajo, con su ritmo frenético, lleva al abismo.

La solución no está en buscar culpables, ni en multar a las empresas con cantidades ridículas: somos todos, en distinto grado, cómplices.

En la construcción estamos a la cabeza en muertes de cualquier tipo de terrorismo y, por desconocimiento o falta de profesionalidad, los medios de comunicación miran hacia otro lado.

Pido un ¡basta ya! No más ceguera y/o sordera por parte de los responsables, no destrocemos más familias. Hay soluciones.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 19 de septiembre de 2001