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IMPACTO EN LOS MERCADOS

Las bolsas cierran con ligeras caídas la segunda sesión tras la reapertura de Wall Street

El índice Dow Jones de Nueva York cayó el 0,19% tras una apertura alcista que contagió a Europa

Washington
La segunda jornada de actividad en Wall Street tras los atentados del pasado 11 de septiembre en Estados Unidos se saldó con ligeras pérdidas en las bolsas. Los mercados europeos sufrían notables retrocesos en una jornada llena de incertidumbre hasta que abrió la Bolsa de Nueva York con una leve subida y un claro control de la situación, lo que permitió moderar los negativos registros que arrastraban. Mientras tanto, el Gobierno de George Bush ultimaba ayer un plan urgente que contempla ayudas a las compañías aéreas, que reclaman 24.000 millones de dólares, y un nuevo recorte de impuestos. Los bancos centrales de Japón e Inglaterra se unieron a la bajada de tipos.

La apertura suavemente alcista del mercado estadounidense tuvo ayer efectos positivos para las bolsas europeas. Los mercados caían por encima del 2,5% cuando abría Wall Street y tras los primeros pasos de las plazas norteamericanas, el resto de bolsas mundiales intentaban rápidamente recuperarse. No obstante, acabaron con moderadas pérdidas, que fueron desde el 0,59% del índice general de Madrid al 1,13% de París.

Las bolsas europeas situaron el valor de cierre en el nivel más alto alcanzado en la jornada, lo que da una muestra de la incertidumbre que vivieron durante toda la jornada. Bastó el ligero impulso de Wall Street para insuflar un aliento a sus índices. La segunda jornada de actividad tras cuatro días de cierre obligado por los atentados del 11 de septiembre se consideraban como una prueba de fuego con mayor relevancia incluso que la del día anterior, en la que se daban por descontadas unas fuertes pérdidas.

La jornada se saldó, finalmente, de forma positiva y lejos del pánico. Aunque las presiones de venta no quedaron del todo despejadas, el mercado estuvo muy controlado y con escasa contratación, en gran parte como respuesta a las llamadas de patriotismo realizadas por las autoridades. De hecho, casi un centenar de sociedades respondieron positivamente a las compras de acciones (autocartera) que recomendó la Administración. Además ayer se celebraba el año nuevo de la comunidad judía, lo que también se contempló como un posible retraimiento en la contratación, aunque los principales operadores de origen judío estuvieron activos.

Al final el índice Dow Jones cayó sólo el 0,19%, mientras que el tecnológico Nasdaq se dejó el 1,55%. La Bolsa de Madrid cerró con un descenso del 0,59% en su índice general y el Ibex 35, el 0,72%. La Bolsa de Londres perdió el 1,02%, la de París el 1,13% y el mercado alemán -cierra a las ocho de la tarde- se dejaba el 0,94% de su valor. Por su parte, los mercados latinoamericanos replicaban las primeras alzas de Wall Street. Al cierre, São Paulo ganó un 0,09% pero México perdió un 0,36%. La Bolsa de Tokio, duramente castigada en las pasadas jornadas, conseguía recuperar el 1,85%. Los mercados mundiales también registraron una reducción de la contratación. En España, por ejemplo, el volumen de operaciones del Ibex ha bajado alrededor del 15% en la última semana.

Inflación bajo control

Wall Street no se vio aliviada por el anuncio de que la inflación está bajo control, con una subida en agosto del 0,1% que podría alentar a la Reserva Federal a recortar de nuevo los tipos de interés en un intento de alentar una economía gravemente amenazada por los atentados terroristas de la pasada semana.

Los analistas atribuían la reacción matutina de Wall Street a la llegada al mercado de buscadores de gangas, aunque aventuraban que durante toda la semana habrá gran debilidad en la Bolsa, como demostró la posterior caída. A primera hora de la tarde, el Dow Jones volvía a estar justo por debajo de los 9.000 puntos, una cota a la que cayó el lunes y que no veía desde hace casi tres años. Hubo subidas generalizadas, algunas en sectores como el de la aviación, muy castigado el lunes pasado.

Las ventas no abandonaron a las compañías relacionadas con el turismo y los seguros, servicios que se van a ver muy afectados por la situación creada la pasada semana y que continuarán dando sustos a los inversores.

Los analistas mantienen la tesis de que el mercado está para subir y para bajar y que lo que baja acabará por subir. Pero como decía un analista, "la cuestión es cuánto más va a durar la flojera y cuándo se producirá la reacción". El vaivén de ayer se consideraba un adelanto de lo que va ser toda la semana, que será mortecina, marcada esencialmente por el deseo de los inversores de buscar posiciones sólidas para sus carteras.

La primera economía del mundo necesita toda la ayuda que pueda recibir y el hecho de que la inflación sólo subiera el 0,1% en agosto creó expectativas de nuevos recortes en el precio del dinero. El lunes, la Reserva Federal bajó medio punto los tipos de interés hasta el 3%, octavo recorte consecutivo en lo que va de año que los analistas esperan sea seguido de otro más del 0,25% en la reunión de la Fed convocada para el 2 de octubre.

El sector manufacturero espera que siga la tenedencia. "Con la inflación adormilada, está claro que va a resultar más facil adoptar medidas para sostener una economía tan afectada por los ataques terroristas de la pasada semana", comentó Jerry Jasinowski, presidente de la Asoación Nacional de Manufactureros. En Wall Street se hacia notar que la ausencia de amenazas inflacionistas creaba la oportunidad de nuevos recortes que ayuden tanto a la economía especulativa como a la real.

Abaratamiento de la energía

Otros subrayaban que la buena cifra se debía a la caída de los precios de la gasolina y otros productos energéticos en agosto, circunstancia que no tenía por qué ser definitiva y alertaban sobre los efectos negativos que pudiera ocasionar la generosa liberación de dinero. La Administración de George W. Bush manifestó el lunes su esperanza de que la OPEP tome medidas para evitar recortes en los suministros que disparen los precios. El precio del barril superó los 31 dólares tras los atentados de la pasada semana, pero han cedido desde entonces hasta menos de 27,50.

Durante los primeros ocho meses del año, la tasa anual de inflación ha alcanzado los 2,5 puntos, muy ayudada por la caída del 0,3% de julio, frente al 3,4% de todo el 2000. La Reserva Federal recela de la inflación y estos datos deben confirmar que no hay tal peligro y que es mucho mayor el riesgo de recesión.

Los consumidores proporcionan las dos terceras partes de la actividad económica en Estados Unidos y su dinamismo la ha mentenido a flote. La incertidumbre sobre el futuro convierte en real la posibilidad de un contracción en el consumo, con sus negativas consecuencias sobre las empresas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 19 de septiembre de 2001