El presidente francés, Jacques Chirac, llegó anoche a Washington para ofrecer al presidente George W. Bush la "total colaboracion de Francia" en los planes del presidente norteamericano para acabar con el terrorismo internacional. Sin embargo, el mandatario francés condicionó la colaboración militar de su país con EE UU a un acuerdo previo "sobre los objetivos y las formas" de las acciones que se decidan realizar.
A pesar de estas matizaciones, la visita de Chirac subrayó los planes de Bush de crear una coalición de amplio espectro con la que, en sus palabras, se pueda "combatir el terrorismo en todos los frentes". Washington no descarta ninguna colaboración para esa gran coalición internacional contra el terrorismo y ha tanteado incluso la de Cuba y de Sudán, el país bombardeado en 1998 por su presunto apoyo a Osama bin Laden.
La visita de Jacques Chirac estaba programada con antelación y lo que iba a ser una reunión más adquirió un gran calado a la luz de los atentados de la pasada semana, definidos por Chirac como el principio de "un conflicto de nuevo tipo que pretende destruir los derechos humanos, la libertad y la dignidad del hombre. Tenemos que proteger esos valores esenciales de nuestra civilización". Chirac se dijo decidido a luchar junto a Estados Unidos para erradicar esta perversión.
Preguntado el presidente Bush si esperaba que soldados franceses combatieran hombro con hombro con los nortamericanos respondió que no era el momento de abordar cuestiones de ese tipo. "Voy a hablar en privado con el presidente Chirac y le voy a explicar lo que pienso", señaló. "El objetivo es claro y firme: unir al mundo en una campaña para encontrar a los terroristas, sacarlos de sus escondrijo, capturalos y juzgarlos. Francia está de acuerdo en eso. Lo que vamos a discutir es el modo de alcanzar ese objetivo".
Chirac, que anoche tuvo una cena de trabajo con Bush, precede en cuestión de horas al primer ministro británico Tony Blair, que va a viajar expresamente a Washington para abordar la crisis internacional. Londres es el más firme aliado de Washington y nunca ha escatimado el apoyo a las campañas militares de Estados Unidos. En la forja de su alianza, Bush habló ayer por teléfono con el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan; con el presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso, que ha propuesto a la Organización de Estados Americanos (OEA) que todos los países del continente consideren un ataque a Estados Unidos como un ataque a todos ellos, conforme al Pacto de Río, y con el primer ministro de Canadá, Jean Chretien.
Bush pretende formar ahora una coalición mundial contra el terrorismo de la que sólo parecen estar excluidos Libia, Corea del Norte e Irak. La cadena de televisión CNN informó ayer, sin dar detalles, de que uno de los secuestradores se entrevistó meses atrás en Europa con agentes iraquíes. La alianza incluye potencialmente a Cuba, cuya representación diplomática en Washington fue visitada ayer por un representante del Departamento de Estado que solicitó la información que Cuba pueda tener sobre los planes de los terroristas. El presidente cubano, Fidel Castro, condenó los ataques del pasado día 11. También lo hizo Sudán y Colin Powell telefoneó al ministro de Exteriores sudanés, Osman Ismail Mustafá, para agradecerle esa condena y apuntarle su deseo de contar con él en la alianza internacional contra el terrorismo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 19 de septiembre de 2001