El sacerdote Kornelius Koch falleció en Basilea a los 61 años, tras una corta y grave enfermedad. Nacido en 1940 en Bucarest, de padre suizo y madre rumana, vivió su infancia en la capital de Rumania. Se instaló en Suiza en 1948, en compañía de toda su familia, y desde entonces vivió en carne propia los rigores del desarraigo.
Después de realizar estudios teológicos se consagró como sacerdote en 1968 en el cantón de Soleure. Entre 1973 y 1986 apoyó a los refugiados chilenos que llegaron a Suiza huyendo del golpe de Estado del general Pinochet. Más tarde se involucró en los comités de solidaridad con el pueblo kurdo y con los tamiles. Al producirse el levantamiento zapatista en 1994, Koch se convirtió en uno de los baluartes del movimiento mexicano en Suiza y se hizo muy amigo del obispo Samuel Ruiz. Pidió incluso que la gente escribiera a la multinacional helvética Nestlé para obligarle a respetar a los indios en sus fábricas de Chiapas.
Al final de su vida se comprometió a favor de la regularización de los 300.000 inmigrantes indocumentados que se encuentran en Suiza.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 20 de septiembre de 2001