Huyeron de Afganistán y naufragaron frente a Australia, donde ningún país los quiso. Sólo un barco noruego, el Tampa, se hizo cargo de ellos hasta que hubo Estados voluntarios que les dieron asilo. Por fin, ayer, algunos de esos refugiados desembarcaban en la isla de Nauru.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 20 de septiembre de 2001