J.G.C., el niño de 16 meses que resultó gravemente herido al explotarle un coche de juguete cargado con explosivos el pasado 20 de agosto, será dado de alta en un plazo de 48 o 72 horas, según fuentes del Hospital Donostia, en cuya Unidad de Cuidados Intensivos sigue ingresado.
Los médicos que le atienden aseguran que el pequeño ha superado favorablemente todas las intervenciones quirúrgicas a las que ha sido sometido después de conseguir que su vida no corriese peligro. El niño sufrió estallido de ambos globos oculares, fractura del hueso frontal izquierdo con salida de masa encefálica y hemorragia cerebral como consecuencia de una explosión que causó la muerte de su abuela, María Francisca Eraunzetamurgil, de 62 años, y heridas leves a su hermano, de cuatro años.
La evolución del niño ha sido más favorable de lo esperado, aunque sufrirá gravísimas secuelas, como una ceguera irreversible que incluso podría influir en su sistema hormonal de crecimiento, según informaron recientemente los médicos que le atienden. El menor recuperó la consciencia una semana después del trágico suceso y desde entonces ha experimentado una mejora progresiva. Durante todo este tiempo ha permanecido en cuidados intensivos para controlar mejor su evolución.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 20 de septiembre de 2001