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Entrevista:MERCÈ 2001

Más de 60.000 personas aclaman a Manu Chao

Una auténtica aglomeración humana marcó el inicio festivo de la Mercè 2001. Si la Guardia Urbana calcula que la plaza de Catalunya llena puede albergar unas 60.000 personas, bastantes más se apretujaban en el corazón de la urbe cuando, a las 23,30 horas, Manu Chao irrumpió en el inmenso escenario con una hora de retraso sobre el horario anunciado (solventado con un telonero de última hora). En el centro de la plaza el agobio era importante, en los laterales, dónde nada se ve ni nada se oye, la riada humana impedía casi caminar desparramándose hasta La Rambla y empinándose en los monumentos de la plaza y de forma bastante peligrosa, en los toldos de la feria de asociaciones que la circundaban.

Desde un par de horas antes del comienzo del espectáculo un público eminentemente joven había ido tomando posiciones en la plaza. Algunas banderas rojas, camisetas de Mano Negra y signos pacifistas ondeaban entre los presentes aunque el aire festivo y las ganas de movimiento (bailar no era posible)le pudieron al compromiso y los postulados antiglobalización que suelen marcar las apariciones públicas de Manu Chao, excepto en el momento, pasada la una de la madrugada, en la que invitó al escenario a representantes de las asociaciónes de defensa de los inmigrantes con una pancarta en la que se leía "stop expulsiones".

Horas antes, con gesto tranquilo, camiseta de fútbol roja, pantalón color tierra y enorme disposición para atender a las decenas de periodistas que le esperaban para asaetearle a preguntas, Manu Chao presentó el concierto en el Centro Extremeño de Barcelona.

Los temas de rigor fueron cayendo uno a uno, y llegado el estrella, la lucha antimundialización, Manu subrayó: "El líder de la antiglobalización es la gente". "Yo no soy líder de nada", recalcó Manu Chao; "sólo ocurre que durante los tres meses de gira he dado mis opiniones al respecto del tema. Esta lucha no precisa líderes, pues los líderes son las propias masas que salen a la calle a protestar. Lo mejor es que el micrófono de las opiniones vaya corriendo de boca en boca. Cuando en octubre concluya la gira, que otro lo tome, eso es lo que deseo".

En las comparecencias públicas de Manu Chao la música, esa música que le ha hecho famoso y que le ha llevado a ser número uno prácticamente en toda Europa con su último disco, suele ser un telón de fondo. Los temas sociales son los que adquieren todo el protagonismo: "No me importa que me pregunten por estas cuestiones", dijo Manu, "aunque yo sólo me considero un músico. Ocurre que ahora vivimos en un hervidero del que mi concierto de esta noche y mi música también forman parte, y por lo tanto encuentro normal que me pregunten por las cosas que pasan en el mundo. Me encantaría que algún día la gente sólo me preguntase sobre música, entre otras cosas porque eso significaría que los problemas del mundo ya se han resuelto".

Pero los problemas siguen, y a lo largo de su rueda de prensa, Manu señaló: "Me parece un error reducir la problemática de los okupas a su burda asimilación con el mundo de ETA. Son cosas que nada tienen que ver entre sí, de la misma manera que nada tiene que ver el islam en general con los atentados que tuvieron lugar en Nueva York. Estas simplificaciones sólo conducen a criminalizar a quien no lo merece".

Atentados y música

Hablando de los atentados de Nueva York, Manu indicó: "Cuando ocurrieron estábamos en Mallorca, y no quisimos suspender la actuación porque tampoco lo hemos hecho cuando han muerto palestinos, africanos o gentes de cualquier otra parte del mundo también sometida a conflictos y damnificada por guerras injustas y crueles. Nos costó mucho subir al escenario aquel 11 de septiembre, no teníamos ánimos de fiesta, pero sentimos que estábamos obligados a hacerlo".

Sobre las consecuencias que tendrán los atentados, Manu declinó entrar en consideraciones, si bien afirmó: "Lo único cierto es que nos afectarán a todos. Aún es demasiado pronto para obtener conclusiones categóricas". Respecto al multitudinario concierto que iba a realizar pocas horas después, Manu apuntó: "Más que tratarse de un concierto será una verbena, pues yo creo que las fiestas populares necesitan verbenas". Más adelante indicó que no le preocupan las críticas que ha recibido por la elevada cantidad que ha cobrado por el concierto. "Hemos hecho cantidad de actuaciones gratis. Además no creo que sea Barcelona una ciudad tan pobre como para no pagar lo que han pagado Lisboa, Gijón o Milán. Cuando hago conciertos como el de esta noche cobro con relación a mi capacidad de convocatoria, y por lo tanto entiendo que el precio es ajustado. De todas maneras, si los organizadores encuentran a alguien mejor, que lo contraten", dijo.

Entrando en materia estrictamente musical, el cantante hispano-francés sugirió que "de esta gira probablemente se editará un disco en directo", ya que la mayor parte de las actuaciones han sido grabadas. Además, Manu señaló: "La banda que me ha acompañado durante estos tres meses de gira que concluirán en octubre en Toulouse ha sido una de las mejores que he tenido, y tanto desde el punto de vista musical como humano todo ha funcionado muy bien".

Sobre sus planes a partir de octubre, Manu, avanzó uno de los que le bullen en la cabeza: "Buscar en Barcelona un local grande con escenario para montar toda clase de espectáculos. Sería un local que funcionaría como una especie de taller musical en el que podría actuar o ensayar".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 22 de septiembre de 2001