Zaher Shah, que lleva viviendo en su exilio romano desde 1973, cuando fue depuesto, llamó ayer a su pueblo a que expulse a 'los terroristas extranjeros' y recupere 'la tolerancia y la moderación'. Shah tenía 19 años cuando heredó el trono afgano de su padre, en 1933, y ostentó el cargo durante cuatro décadas, en las que el país alcanzó paz y relativa prosperidad. En 1973 fue derrocado por un golpe encabezado por su primo y cuñado, el príncipe Mohamed Daud.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 22 de septiembre de 2001