La revista Zurgai, nuestra decana en la publicación de poesía, dedicó su número de julio a José Angel Valente con una miscelánea de trabajos de distinta factura que retoma la senda de atender a la obra de grandes poetas contemporáneos desaparecidos recientemente. Primero fue José Agustín Goytisolo y ahora se continúa el camino con este trabajo sobre Valente.
Zurgai busca en sus últimos números servir de puente entre la poesía que se realiza en el País Vasco y la que se escribe en España. Dedicar números monográficos a figuras señeras no hace sino engrandecer su trabajo de ampliación del sistema literario vasco, aunque a veces corra el riesgo de quedar en un segundo plano, frente a homenajes o monografías publicadas con mayor agilidad. Esta constatación no empaña el complejo trabajo de coordinación que se adivina tras cada número.
Cuatro apartados
La revista se divide en cuatro grandes apartados. El primer grupo de textos reúne una serie de análisis sobre la vida y la obra de Valente. La monografía de Claudio Rodríguez Fer, conocido especialista en la obra del poeta orensano, nos sitúa en la primera juventud del autor, entre la guerra y el exilio. A él le siguen diversas aproximaciones de tono más o menos académico que estudian los temas, la poética y diversas interpretaciones de su obra.
El cuerpo principal de la revista está constituido por las colaboraciones literarias: poemas inéditos, que se dedican a Valente o poemas ya previamente publicados que se ciñen al objetivo de servir de homenaje a su figura. Quizás sea el apartado donde se nota más la mano del director de la revista, Pablo González de Langarika, en su proyecto metódico de reunión de diversas voces que se unen bajo un designio común. Pueden subrayarse las aportaciones de Jorge Riechmann. Luis Alberto de Cuenca o Amalia Iglesias, que publica un texto emocionante.
El cuaderno central, que ofrece una antología de Valente, resulta lo más espectacular e importante del número. En él la calidad de los textos se acompaña con el rico diseño (con la reproducción de obras de Carmen Isasi) que contrasta con la sobriedad del resto del número. Una sección de crítica y la mención a los libros recibidos cierra este número, homenaje a la figura de unos de los grandes poetas contemporáneos.
Zurgai. Amanece el cantor. Julio de 2001. 132 páginas, 800 pesetas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 22 de septiembre de 2001