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La peculiar dedicatoria de Roberto Carlos tocándose una oreja

Pudo tratarse de un gesto de oportunismo político. Pudo ser una patochada. Y también pudo tratarse de una dedicatoria tierna a una niña enferma. En todo caso, Roberto Carlos sembró la duda cuando marcó un gol espectacular y corrió hacia la zona del palco del estadio tocándose la oreja derecha, como recordando a la directiva que esa ovación que la gente le brindaba significaba el valor que tiene en el club y que, en su criterio, no se le reconoce económicamente.

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"La gente quizá ha pensado que he dedicado el gol a alguna otra persona", explicó el brasileño; "pero ha sido para mi hija Roberta, que ha pasado una noche muy mala y que se sienta en un palco cercano al de la directiva. Mi mujer me llamó a las tres de la madrugada para contarme que tenía una gastroenteritis muy fuerte, con 39 grados de fiebre. Estuve hablando con ella y le dije: 'Papá te va a dedicar un gol'. Por eso he hecho el gesto de tocarme la oreja, para que mi hija viese que lo que su padre le contó lo había cumplido. Los niños sufren muchísimo. Para ella ha sido un día muy difícil. De ahí, ese gesto. Nada más". Y concluyó: "Tengo contrato con el Madrid hasta 2005 y todo está bien. Sólo quiero jugar y seguir dando alegrías a la afición. Soy feliz".

Roberto Carlos se reunió el viernes con el director general deportivo, Jorge Valdano, para pedirle un aumento de su ficha anual: de 500 millones hasta los 1.000 que sobrepasan Figo, Raúl y Zidane. Valdano le dijo que, de momento, no le dará esa satisfacción. "Roberto Carlos renovó hace doce meses hasta 2005", explicó en la Cadena SER; "y se convirtió en el jugador que más ganaba en la plantilla. Luego, renovó Raúl y se fichó a Figo y Zidane, dos balones de oro. No podemos estar renovando los contratos todos los años".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 23 de septiembre de 2001