La sala Julio González del Ministerio de Educación y Cultura, en el antiguo MEAC de la Ciudad Universitaria de Madrid (avenida de Juan de Herrera, 2), presentó ayer una retrospectiva del pintor Rafael Baixeras (Puebla del Caramañal, A Coruña, 1947- Segovia, 1989). El montaje, abierto hasta el 25 de noviembre, es un recorrido cronológico de la obra del artista, desde los años setenta hasta su muerte, a través de pinturas, dibujos y acuarelas. Con anterioridad se ha presentado en Santiago de Compostela, Segovia y Logroño. El comisario de la muestra, el crítico Miguel Fernández-Cid, director del Centro Gallego de Arte Contemporáneo, declaró ayer que la revisión de la obra 'drástica y solitaria, atrevida y medida, convulsa y poética' de Baixeras servirá para colocar al pintor en el lugar que su calidad reclama. La generación de Baixeras 'vivió un momento muy duro' al verse desbordados por los artistas más jóvenes de los ochenta. El recorrido, según el comisario, se detiene en los momentos más significativos del artista, con su inicial 'idea de la pintura' en cuadros de paisajes y la selección de argumentos plásticos más personales en el color y el gesto. En las obras aparecen motivos concretos, como el pez, la planta, la maternidad y la casa, en una abstracción desde líneas finas a barnices violentos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 25 de septiembre de 2001