La Comisión Nacional del Mercado de Valores descubrió en una inspección rutinaria de Gescartera que uno de sus principales clientes, el Arzobispado de Valladolid, había depositado 1.000 millones en la sociedad gestora de cartera para que se los invirtiera en Bolsa. Pero los títulos por ese valor no aparecieron. La CNMV investigó y llamó a declarar a los dirigentes de Gescartera, que se defendieron argumentando que el Arzobispado tenía 'cuentas particulares' por 1.075 millones. La respuesta quedó registrada en el acta cuya copia se refleja arriba.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 25 de septiembre de 2001