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Los talibán amenazan de muerte a los afganos empleados por la ONU

Los integristas les prohíben utilizar la radio y el teléfono satélite y requisan bienes y trigo

Los talibán intensifican día a día sus gestos de desafío a la comunidad internacional. Durante el pasado fin de semana, agentes de ese régimen prohibieron al personal local de la ONU, bajo amenaza de muerte, el uso de los sistemas de radio y los teléfonos satélite, lo que ha cortado sus comunicaciones con el exterior de Afganistán. También se han apoderado de coches y otros bienes en las oficinas de ese organismo en Kandahar, al sur del país. El director del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Jaled Mansur, anunció anoche que los talibán han robado unas mil toneladas de trigo en los almacenes de Kandahar.

Los problemas empezaron el viernes. Fuerzas talibán irrumpieron en las oficinas de la ONU en Kandahar, la ciudad en la que reside el jeque Omar, y tomaron las instalaciones. Fue allí donde primero mencionaron la prohibición de mantener comunicaciones por radio o por teléfono satélite con el exterior. Durante el fin de semana, los contactos se fueron haciendo más escasos a medida que la prohibición se extendió a las otras ciudades afganas en que la ONU tiene presencia, como Herat, Jalalabad o Mazar i Sharif.

Sólo en Kabul los talibán han permitido que siga funcionando la sala de comunicaciones de UNOCHA, la Oficina del Coordinador Humanitario de Naciones Unidas para Afganistán.

"Pueden seguir comunicando, pero siempre hay algún representante de los talibán presente", explicó otro funcionario internacional. La ONU no denunció inicialmente esta situación porque intentaba aclarar las cosas con los representantes talibán en Islamabad y era fin de semana. Sus interlocutores confirmaron la medida ayer. "El asunto es serio; les han amenazado con ejecutarles inmediatamente si les pillan intentando hablar con nosotros", declaró el representante en Pakistán de una de las 12 agencias de la ONU que trabajan en Afganistán. "Hemos instruido a nuestro personal para que no se arriesgue inútilmente", subrayó la fuente.

La advertencia se hizo extensiva a los empleados locales de las organizaciones no gubernamentales (ONG). Las comunicaciones de estos trabajadores afganos venían siendo la principal y más fiable fuente de información sobre la situación interna dentro del país. El corte de las comunicaciones y el deterioro de la seguridad ha motivado que incluso los últimos representantes de las organizaciones humanitarias estén dejando sus puestos.

De los 40 trabajadores con los que Oxfam contaba en Kandahar, el domingo sólo quedaban cuatro. El resto habían huido de la ciudad. "Varios han llegado a Quetta (Pakistán), pero de otros no tenemos noticias", explicó el portavoz de esa ONG.

Las amenazas han sido conocidas el mismo día en que el Gobierno talibán ha anunciado la movilización de 300.000 hombres para combatir en la yihad contra Estados Unidos. Se trata de hombres que "ya tienen experiencia" en combates, según un comunicado del Ministerio de Defensa.

Según los talibán, la movilización se ha producido en la capital, en las fronteras del país y en zonas donde hay lucha contra la oposición; aunque según numerosos expertos consultados en Pakistán se trata de una exageración ya que los talibán no cuentan, ni de lejos, con tantos efectivos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 25 de septiembre de 2001