Soy extranjera y llevo un tiempo en Madrid. Me he dado cuenta de que la religión católica aquí es una cuestión mayoritariamente cultural, y no una cuestión de fe; en definitiva, nada trascendental para la mayoría de la población. Entonces me pregunto: ¿por qué la Iglesia católica tiene todavía esos enormes privilegios propios de la dictadura franquista, cuando esto es un Estado laico?
¿Por qué un Estado laico tiene que favorecer a una religión sobre otras? ¿Por qué un Estado laico tiene que sustentar con el dinero público a una organización profundamente antidemocrática (todavía se han negado a condenar muchos de sus errores pasados, como su apoyo al golpe militar de 1936 en España) y fundamentalista (sólo hay que ver sus opiniones en general)?
Desde el punto de vista de un extranjero que puede analizar los hechos con más distancia y sin los filtros culturales propios de cada país, pienso que o bien España no ha cambiado tanto en lo referente al asunto religioso como cabría esperar en un Estado democrático laico, o es que ha retrocedido a posiciones antidemocráticas anteriores.
Creo que esto se debe a una poderosa minoría que impone su ideología sobre una mayoría y que tiene secuestrada la voluntad popular general, y esto en mi país se llama tiranía.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 25 de septiembre de 2001