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LA GUERRA DEL SIGLO XXI

La tecnología de doble uso, enel punto de mira de los Gobiernos

Terroristas y víctimas del Boeing tenían una cosa en común: el teléfono móvil. Los dos extremos de la catástrofe del 11 de septiembre, asesinos y personas inocentes, se sirvieron de la misma tecnología. Cualquier avance tecnológico puede servir al progreso y al crimen. De ahí que los Gobiernos vigilen la exportación y venta de máquinas y programas sensibles. Es la tecnología de doble uso.

Wassenaar, una organización de 33 países, basa el control de exportaciones de ordenadores y procesadores en el estándar Mtops (millones de operaciones teóricas por segundo). Traficar con productos de doble uso está penalizado. En 1988, se descubrió que una filial de Toshiba vendió ilegalmente a la Unión Soviética material capaz de silenciar los motores de los submarinos. EE UU la castigó con tres años de ausencia del mercado y la pérdida de un contrato con el Pentágono de 100 millones de dólares. Otras condenas llegan a los 10 años en prisión. Estados Unidos y los países aliados prohíben exportar material tecnológico a Irak, Corea del Norte y Afganistán, un país en donde las prohibiciones internas gozan de buena salud, desde la hospitalización de la mujer hasta el acceso a Internet.

El 11 de septiembre ha logrado trastocar todos los principios de Bush que, como buen republicano, tenía el objetivo de reducir al mínimo la intervención gubernamental. Ahora se ve en la paradoja de aumentar sus presupuestos. América se prepara para una economía de guerra.

El gasto del Gobierno en 2000 era el 17,6%, cuando en 1999 subía al 20,4%. El gasto en defensa bajó del 5,2% al 3%. En los últimos cinco años, bajo el paraguas del programa científico y tecnológico de Doble Uso, el Departamento de Defensa inició 300 proyectos con una inversión 800 millones de dólares. Sólo en este año el gasto se disparará a 400 millones.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de septiembre de 2001