La sociedad norteamericana, atemorizada por su seguridad interior, debate si hay que aumentar los controles en Internet y le preocupa la tecnología de doble uso, civil y militar, que pueda estar en manos del enemigo. En Afganistán, no sólo las mujeres viven el terror cotidiano. Internet está prohibido y sus ciudadanos huyen ante la previsión de un ataque en busca del refugio del terrorista Bin Laden. En la foto, un soldado con careta antigás junto a los escombros de las Torres Gemelas. A la derecha, una mujer afgana, con el burka impuesto por el régimen talibán.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de septiembre de 2001