El año 2002 será el primero sin mili obligatoria, por lo que la prioridad del presupuesto de Defensa es llegar al mínimo legal de efectivos: 102.000 profesionales. Para ello, se propone contratar a 8.000 nuevos soldados -una cifra que, aunque representa la mitad del objetivo anual de los últimos ejercicios, se aproxima más a los realmente reclutados- y retener a los que ya están en filas. En consecuencia, el grueso del incremento del gasto corresponde al capítulo de personal, que aumenta en 242,11 millones de euros; la mitad para contratar nuevos soldados y el resto para mejorar sus salarios. Las inversiones, en cambio, sólo crecen en 22,86 millones de euros. Ello obligará a recurrir a la venta de cuarteles y a los créditos de Ciencia y Tecnología para pagar los grandes programas de armamento, como el Eurocaza, la F-100 o el Leopard. Globalmente los gastos de Defensa crecen un 4,9%. Por quinto año consecutivo, más que la inflación prevista.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de septiembre de 2001