Sólo tres de los 48 ancianos que viven en las residencias La Milagrosa y Santa Rosa de Lima de Colmenar Viejo, que la Comunidad ordenó clausurar el pasado lunes por sus condiciones precarias y poco higiénicas, han regresado con sus familias, a pesar de la comunicación que han recibido desde la Consejería de Servicios Sociales para que se hagan cargo de ellos. 'Nos parece alarmante el desinterés de las familias por sus ancianos', señaló ayer Francisco Panadero, secretario general técnico de la consejería. Diez de los 48 internos no tienen parientes.
Ante esta situación, la consejería ha iniciado un proceso contencioso y otro penal para poder entrar en las residencias y hacerse cargo de los ancianos. 'Esperamos que la juez del Juzgado 3 de Colmenar Viejo actúe de manera diligente y podamos velar lo antes posible por estas personas que se encuentran en una situación complicada', afirmó Panadero, que denunció también la 'nula colaboración' de Isabel de Souto, directora de las residencias, para que los ancianos dispongan lo antes posible de un nuevo hogar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de septiembre de 2001