Quisiera expresar la enorme sorpresa que me invadió el pasado lunes, día 24. Frente al Alkartetxe de la calle San Prudencio, en Gasteiz, se concentraba una veintena de personas convocadas por Gestoras Pro Amnistía, que por lo visto denunciaban la 'complicidad' de Eusko Alkartasuna frente a las torturas que sufren los detenidos por la kale borroka, o pertenencia o colaboración con ETA, etc. He aquí mi sorpresa, pues no entiendo de qué se puede acusar a EA, si no es de absoluta coherencia con sus postulados de defensa de todos los derechos humanos, a diferencia de otros grupos o colectivos, que sólo son parcialmente coherentes. Buena prueba de ello son dos hechos que ocurrían días antes de que los de Gestoras llevaran a cabo su absurda acusación. Uno, el apoyo de EA a la manifestación convocada por Senideak-Gureak el sábado, día 15, en Bilbao; y otro, la denuncia de la más que posible existencia de torturas en los casos de los últimos detenidos por parte de Rafa Larreina.
Para finalizar, una recomendación a Gestoras: constituiría un paso de gigante que, en vez de acusar a los demás de crímenes con los que nada tenemos que ver, colaborásemos en pedir a ETA que deje de conculcar el derecho a la vida. Así, sin duda, nos encontraríamos más cerca del final de ese negro túnel que supone el 'conflicto vasco' del que los presos son también, aunque no en exclusiva, víctimas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de septiembre de 2001