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Cierre indefinido de dos fábricas contiguas a la siniestrada en Toulouse

El primer ministro francés, Lionel Jospin, confirmó ayer el cierre sin fecha determinada de las dos fábricas militares situadas junto a la que estalló el pasado día 21 en Toulouse, provocando la muerte de 29 personas, heridas a otras 2.492 y destrucciones en numerosos edificios de la cuarta ciudad de Francia. Una de las dos instalaciones cerradas produce combustible para el cohete Ariane, pero el primer ministro considera que las existencias de ese producto son suficientes para continuar con el programa de lanzamientos.

Jospin anunció un vasto plan de reconstrucción de la ciudad, especialmente de los barrios devastados del suroeste. El Estado aportará 31.000 millones de pesetas para reconstruir hospitales y centros de enseñanza, y otros 7.000 millones se entregarán como ayudas a empresas y particulares. El primer ministro exhortó al grupo TotalFinaElf, propietario de la empresa siniestrada, a que 'haga frente a sus responsabilidades': el grupo industrial privado sólo ha hablado de 750 millones de pesetas para ayudas 'urgentes'. La polémica sobre las causas de la explosión se enriqueció ayer con nuevas aportaciones. Una peluquera de 18 años que vive en el recinto de la fábrica de pólvora y explosivos situada a 200 metros de la instalación siniestrada aseguró a Le Figaro que vio 'de repente una especie de relámpago' que se dirigió contra el hangar de la fábrica; hubo una primera explosión, y después, la gran deflagración. Su padre, electricista de mantenimiento de la fábrica de explosivos, también dice haber visto 'una especie de proyectil que volaba a gran altura por encima de los techos'.

'Ningún elemento de la investigación efectuada permite contemplar la hipótesis de una acción voluntaria', insistió ayer el fiscal de Toulouse, que el lunes aseguró que había sido un accidente 'al 99%'.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 29 de septiembre de 2001