A pesar de vivir a más de 100 kilómetros, me solidarizo con los vecinos de Les Gavarres que reclaman enterrar o rediseñar el nuevo trazado de la linea eléctrica. Espero que los ciudadanos de Cataluña tomen nota del comportamiento autoritario y prepotente de nuestra Consejería de Industria, que ha matado a golpe de decreto las propuestas locales.
Visto desde fuera, parece como si la pareja Fecsa-Generalitat hubiese escenificado una obra teatral de diálogo y consenso, pero con un final pactado de antemano. Me irrita mucho que unos gobernantes que se han comprometido a trabajar por el bien común traicionen la voluntad del pueblo que los ha votado y que los alimenta. Y aún me irrita más que la policia que pagamos todos los catalanes sirva para defender los intereses de unos cuantos poderosos perjudicando a la mayoría.
En conjunto, un espectáculo realmente lamentable.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 30 de septiembre de 2001