La escritora Assumta Roura (Barcelona, 1952) abre la caja de Pandora de sus miedos y fracasos con Entre nosotras, una novela en la que relata la difícil relación que tuvo con su madre, una mujer muy posesiva de lo que sólo se ha logrado desprender gracias al bálsamo del tiempo.
'Siempre fuimos como dos animales enfrentados, condenados a vivir en la misma jaula, tratando de defendernos la una de la otra', relata la autora. Un libro que Roura quería escribir, ahora que se encontraba fuerte tras salir de la depresión que relató en Hasta luego, tristeza, para rendir cuentas con el pasado, desprenderse de sus fantasmas, ésos de los que siempre había huido.
Huérfana de padre desde muy niña, Roura cuenta en Entre nosotras, editado por Planeta, los años en los que vivió junto a su madre, 'una mujer a la que sus frustraciones, la viudedad y la ruina familiar sumieron en la mayor de las tristezas, intentándose evadir de cualquier clase de afecto, convirtiéndose en un témpano de hielo, hasta que un día decidió no volverse a despertar suicidándose, cuando yo contaba con 26 años', confiesa la escritora.
Cuando comenzó a escribir Entre nosotras descubrió que dentro de ella bullían unas emociones que jamás pensó que pudiera tener. Su hija se marchaba de casa y ella no podía comprender cómo, después de lo que la había querido, prefiriera marcharse sola. 'Las madres nunca perdemos el cordón umbilical con nuestro hijos. Sufrimos un profundo enamoramiento. Los amas con locura, tienes celos de ellos, los proteges, los chantajeas emocionalmente y es difícil entender y aceptar que tienen vida propia, más allá de la tuya', señala la autora.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 30 de septiembre de 2001