Las plazas de Santa Clara y Mayor de Castellón retrocedieron ayer en el tiempo y se convirtieron en un mercado medieval con más de un centenar de personas ataviadas con trajes de época, vendiendo y transitando por calles llenas de paja. Bufones, sidreros, caballeros y princesas pasearon junto a halcones, malabaristas, ocas y serpientes. El acto, incluido en las actividades con motivo del 750 aniversario de la ciudad, logró la atracción de miles de castellonenses que mostraron especial interés por los bailes orientales, como la danza del vientre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 30 de septiembre de 2001