La decisión del Gobierno de Estados Unidos de articular una amplia coalición internacional contra el terrorismo, tras los cruentos ataques sufridos el pasado 11 de septiembre en Nueva York y Washington, permite preguntarse sobre el papel a jugar por España, como miembro de la OTAN, en las acciones de respuesta a esos atentados. En esta página se exponen dos puntos de vista sobre qué implicación debería tener España en los diversos frentes -militar, político, o diplomático,entre otros- de esa 'guerra' que EE UU y sus aliados pronostican de larga duración.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 30 de septiembre de 2001