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CARTAS AL DIRECTOR

La resaca de la Vuelta

La etapa de la Vuelta Ciclista a España con final en la Aitana se valoró desde la organización como un gran éxito en lo referente a asistencia de público. Tras recorrer los alrededores del puerto de Tudons tres días después de la carrera, la huella de los miles de aficionados que presenciaron el final de etapa es evidente: gran cantidad de basura, desde bolsas de plástico hasta botellas de vidrio, ha quedado esparcida por las cunetas y rieras, entre las carrascas y el romero, e incluso por los bancales. Otras actitudes irrespetuosas que pudieron observarse el día de la etapa, y que deben haber cabreado a algún campesino, fueron el usar los bancales de aparcamiento y el robar fruta de los árboles. Ante tal panorama, lo más triste es darse cuenta de la escasa conciencia de medio ambiente (o educación ambiental, o conciencia ecológica o como quiera llamarse) de muchos de los que acudieron al final de etapa.

Para la mayoría de los que salimos a la montaña con frecuencia, esta actitud es incomprensible, y unos mínimos de respeto hacia el medio natural y cultural los tenemos asumidos. Viendo lo sucedido, y ante la intención de, en próximas ediciones de la Vuelta, repetir el final de etapa en la Aitana, o en la Font Roja (parque natural), invito a la organización a colocar, por ejemplo, controles informativos-educativos en los accesos al puerto, y contenedores (por si a alguien le supone demasiado esfuerzo llevarse su basura a casa), y como último recurso, invito a la organización a realizar una batida de recogida de basuras tras la etapa. Todo esto para que un acontecimiento deportivo tan importante para muchos no suponga una agresión para otros tantos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 1 de octubre de 2001