El alcalde de Llagostera, Lluís Postigo, tiene el apoyo de mucha gente por el prestigio que se ha ganado defendiendo los intereses de su población por encima de los de Fecsa, empresa que cuenta con el apoyo incondicional del Gobierno de CiU. A la gente de Esplugues, Sant Joan Despí o Sant Just Desvern nos gustaría tener un alcalde como Lluís, porque si fuera así, no se habría traicionado la opinión de sus poblaciones exigiendo el tranvía y no se habría aceptado un proyecto muy deficiente de tranvía cuando el resto de la primera corona metropolitana tendrá metro. Si los alcaldes se hubieran mantenido firmes en la reivindicación del metro encabezando la voluntad popular, ahora ya nos estarían construyendo el metro. Lluís, gracias por demostrarnos que no todos los políticos son iguales. Lástima que no puedas ser nuestro alcalde.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de octubre de 2001