Por primera vez en los debates de política general y una vez que la Generalitat se ha comprometido plenamente en el proyecto, Jordi Pujol se refirió ayer ante el Parlament a la celebración del Fòrum 2004. Y lo hizo en términos positivos, destacando las aportaciones económicas de su Gobierno, pero a la vez mostrando su inquietud por la indefinición de contenidos que arrastra este acontecimiento desde que se anunció. 'Lo que sucede ahora es que la indefinición de lo que tiene que ser el Fòrum desde un punto de vista cultural -y finalmente político e ideológico- se ha hecho muy evidente y es urgente darle respuesta', manifestó.
No obstante, el presidente evitó transmitir un tono pesimista y se felicitó por el diálogo fluido entre todas las administraciones implicadas en el Fòrum. Pujol eludió cualquier referencia explícita a la crisis desatada por la dimisión de Josep Caminal.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de octubre de 2001