Las tormentosas relaciones comerciales entre el fútbol brasileño y la marca de productos deportivos Nike tomaron ayer un nuevo impulso al reconocer Ronaldo que su millonario contrato con la firma tiene una cláusula que le obliga a ser convocado por la selección de Brasil de forma permanente y que el periodo máximo de ausencia para evitar una sanción económica es de dos años.
El delantero del Inter está lesionado y se sabía que no podrá jugar contra Chile el próximo domingo, en partido de la fase previa de clasificación para el Campeonato del Mundo de 2002, pero tuvo que incorporarse al equipo en la concentración de Curitiba. La última vez que actuó con su selección fue el 9 de octubre de 1999 contra Holanda, es decir, hace dos años.
'Esta cláusula existe, pero mi relación con Nike no es sólo profesional. Existe confianza entre las partes', admitió Ronaldo en una breve conferencia de prensa en la que calificó su contrato con la multinacional y la cláusula de 'meras formalidades'. En cualquier caso, dejó la selección ayer mismo al 'comprobar' el técnico, Luiz Felipe Scolari, el estiramiento en la parte posterior del muslo de la pierna derecha que se le produjo tras su reaparición después de 17 meses de baja por la operación sufrida en la rodilla.
Ronaldo fue convocado al día siguiente de su regreso entre fuertes críticas por lo precipitado que parecía deportivamente. Enseguida levantó sospechas por la existencia de la cláusula de continuidad en el contrato del jugador. Scolari justificó la llamada como una 'fórmula para recuperar la moral de los jugadores dado su carisma'.
El Parlamento brasileño llegó a intervenir hace unos meses para investigar la participación de Ronaldo en la final del Mundial 98, que Brasil perdió ante Francia, pese a que el jugador tuvo convulsiones antes del partido. La influencia del contrato de la selección con Nike estaba siempre detrás.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de octubre de 2001