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AJEDREZ

Los jugadores del Mundial pasarán un control antidopaje

No se han publicado demostraciones científicas de que alguna sustancia incluida en las listas de dopaje pueda mejorar el rendimiento de un ajedrecista. Sin embargo, la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) anuncia que efectuará controles en el próximo Campeonato del Mundo, del 27 de noviembre al 12 de diciembre en Moscú. La razón está en la pretensión de que el ajedrez forme parte de los Juegos Olímpicos.

Todos los participantes en el Mundial (128 en la competición absoluta y 64 en la femenina) deberán firmar la aceptación de las normas contra el dopaje y el acatamiento de las eventuales sanciones. Para los menores de edad, la FIDE exige la firma de su padre o tutor. Aunque los detalles sobre el procedimiento aún no se han dado a conocer, cabe suponer que los primeros clasificados y otros designados por sorteo tendrán que dar una muestra de orina inmediatamente después de alguna de sus partidas, a juzgar por los métodos aplicados, a título experimental, en algunos campeonatos nacionales. En España no se conoce ningún caso positivo; sí hubo uno en Italia, pero el afectado demostró que estaba relacionado con un medicamento contra el asma.

Aparte de consideraciones éticas -algunos jugadores se niegan en redondo a pasar el control, lo que augura conflictos en el Mundial-, el principal problema está en la ausencia de una lista específica de productos prohibidos para el ajedrez. Y difícilmente puede haberla, dado que nadie ha experimentado en ese campo con la intención de hacer públicos los resultados. Según el periodista australiano Ian Rogers, quien realizó un sondeo sobre este aspecto, un experimento así costaría alrededor de medio millón de euros (unos 83 millones de pesetas). Existen indicios y testimonios fiables sobre pruebas realizadas por científicos soviéticos a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, pero los resultados se mantienen en secreto.

De la lista de sustancias prohibidas por el Comité Olímpico Internacional (COI), muchas carecen de aplicación en el ajedrez por razones obvias. Verbigracia: los narcóticos, anabolizantes y diuréticos. La ingestión de betabloqueantes tampoco parece aconsejable: pueden calmar al jugador en momentos de tensión extrema, pero esa calma sería nefasta en las fases de la partida que requieren la actividad normal del sistema nervioso; por ejemplo, en los apuros de tiempo.

En teoría, los estimulantes (cafeína y anfetaminas, especialmente), podrían ser útiles para algunos ajedrecistas, pero el problema en este caso es dar con la dosis justa, de modo que no causen un efecto contraproducente, por no hablar de los graves efectos secundarios que produce su consumo frecuente. Algunos experimentos, cuyos resultados no se han contrastado, indican que algunas sustancias estimulantes de la actividad cerebral y la circulación sanguínea, como el gingko biloba, podrían tener efectos beneficiosos. Ésa en concreto no está incluida en la lista de prohibiciones, pero se sospecha que, en determinadas circunstancias, sus restos pueden confundirse con los de nandrolona en el control antidopaje.

El ex campeón del mundo Anatoli Kárpov permitió que un equipo de TVE le filmase mientras inhalaba oxígeno de una máquina especial, "con el fin de lograr un efecto parecido al que se logra con varias semanas de entrenamiento en altura". No está claro si eso está prohibido: las normas represivas del COI ponen el acento en el aumento de oxígeno en la sangre que se logra por métodos químicos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de octubre de 2001