La visita a Italia que ayer comenzó en Roma don Felipe de Borbón, la primera oficial como Príncipe de Asturias, está marcada por la crisis internacional desencadenada por los atentados de Nueva York y Washington. La lucha contra el terrorismo dominó el almuerzo de trabajo que el Príncipe sostuvo con Silvio Berlusconi, presidente del Consejo de Ministros italiano. El heredero de la Corona española y el polémico político y empresario italiano estuvieron de acuerdo en la necesidad de reforzar la cooperación en materia de Justicia e Interior entre los países de la UE. España e Italia no tienen mayores discrepancias a la hora de condenar no sólo el terrorismo, sino a aquellos que lo alientan, encubren, patrocinan o justifican.
El Príncipe y Berlusconi señalaron que el combate a largo plazo contra la amenaza terrorista pasa, entre otras cosas, por incrementar la ayuda de la UE al desarrollo de sus vecinos de la ribera sur del Mediterráneo y Oriente Próximo.
Italia es un país con el que, subrayó el Príncipe, España tiene conocidos 'vínculos históricos y lazos afectivos', y esa estrechez de relaciones se acentúa en el caso de la familia real española, allí exiliada tras la implantación de la II República en 1931. Conscientes de esa cercanía, las autoridades italianas dieron ayer a la presencia en Roma del Príncipe un tratamiento cercano al de una visita de Estado. Don Felipe se albergó en el Palacio del Quirinal y, además de almorzar con el ajetreado Berlusconi, cenó con el presidente de la República, Carlo Ciampi.
Pero a la prensa italiana no se le escapó el que don Felipe tiene en estos momentos un interés especial: el despertado por su 'amistad', según la fórmula de la Zarzuela, con la joven estudiante y modelo noruega Eva Sannun. A esa relación dedicó el pasado fin de semana un reportaje La Stampa, sin añadir ninguna novedad desconocida por el público español.
Felipe de Borbón continuará hoy su visita a Roma, con entrevistas con el ministro de Defensa y el alcalde de la ciudad, y una recepción a la colonia española. Mañana viajará a Bolonia y el viernes, último día de su viaje, se verá en Turín con Giovanni Agnelli, el legendario patrón de Fiat.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de octubre de 2001