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Un comando de Hamás asalta una colonia de Gaza y mata a dos soldados israelíes

El Ejército abate a dos de los autores del ataque, que pone fin a una frágil tregua en la zona

Un comando palestino se infiltró ayer en un asentamiento de Gaza y dio un golpe demoledor a las expectativas de pacificación: mató a dos soldados y provocó heridas a 14 personas, entre ellas tres niños, en una acción reivindicada por el grupo integrista Hamás. Antes de huir, dos de los tres asaltantes fueron abatidos por francotiradores del Ejército israelí. Este incidente, el más grave y sangriento que sufre un asentamiento judío desde que se inició la Intifada, supone el fin de la tregua que la diplomacia internacional trataba de establecer en la zona con el impulso de Estados Unidos.

Alei Sinai, uno de los asentamientos más seguros y fortificados de Gaza, situado al norte de la franja, junto a la frontera con Israel, fue escenario ayer de un ataque sin precedentes por parte de un comando palestino, compuesto por tres hombres fuertemente armados. El comando aprovechó la oscuridad de la noche y la celebración de la fiesta religiosa del Sucot (Tabernáculo) y logró introducirse en el enclave.

Los asaltantes franquearon la verja de entrada al recinto y lanzaron varias granadas. A continuación se dirigieron hacia una de las viviendas, desde cuya puerta efectuaron varios disparos, que provocaron la muerte de dos jóvenes soldados: un muchacho y una muchacha de 18 años que se encontraban de permiso celebrando con su familia la fiesta del Sucot.

Los atacantes hirieron también a otros miembros de la familia, entre ellos tres niños. Al mismo tiempo, un grupo de apoyo al comando logró introducirse en otro asentamiento vecino, Duigit, e hizo explotar una carga de dinamita en los alrededores de un edificio destinado a usos militares.

Tiroteo

Antes de que los combatientes pudieran replegarse al interior de la franja de Gaza llegaron helicópteros y fuerzas de infantería de la brigada Givati, que rodearon el lugar de los incidentes y lograron, tras un largo tiroteo, abatir a dos miembros del comando. Durante toda la noche las fuerzas de seguridad israelí establecieron un cerco en la zona con el objetivo de localizar al tercer asaltante y al grupo de apoyo.

La operación de la guerrilla palestina supone un claro desafío a la política de pacificación de Yasir Arafat, quien desde el ataque terrorista del pasado 11 de septiembre en Washington y Nueva York trata de frenar y encauzar la Intifada, atendiendo así a las presiones de Estados Unidos. El acto de rebeldía contra el presidente Arafat está encabezado por las organizaciones fundamentalistas islámicas, Yihad Islámica y Hamás. Esta última organización reivindicó la acción de ayer y reiteró su intención de proseguir con sus acciones armadas.

No obstante, las resistencias a la línea que Arafat trata de imponer no proceden sólo del fundamentalismo: su propio partido, Al Fatah, ha anunciado de forma reiterada que no acepta la orden de alto el fuego dada por su presidente.

El atentado se produjo pocas horas después de que finalizara el ultimátum de dos días que el Gobierno israelí había dado al presidente Yasir Arafat para que impusiera en todos los territorios palestinos el alto el fuego pactado hace tres semanas y ratificado la pasada semana en una reunión celebrada con el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Simon Peres. El incumplimiento del pacto deja las manos libres a Israel para reanudar las incursiones de tanques y blindados contra las ciudades palestinas y continuar con la política de asesinatos selectivos de los lideres de la Intifada, según se desprende de los términos del ultimátum lanzado el pasado sábado por el Gobierno de Ariel Sharon.

Arafat condena la acción

Yasir Arafat condenó inmediatamente el ataque de ayer y reconoció que se trataba de una "violación del alto el fuego". El líder palestino ordenó a sus fuerzas de seguridad que identifiquen a los atacantes y comunicó a la opinión pública que iba a poner "inmediatamente fin a todas las violaciones por parte palestina". Las intenciones y condenas de la Autoridad Nacional Palestina difícilmente servirán para mitigar la cólera y el castigo del Ejército israelí, que anoche esperaba las órdenes para pasar nuevamente a la ofensiva.

De hecho, la radio del Ejército israelí informó de que el primer ministro, Ariel Sharon, culpó a Arafat de esta operación y dijo que el presidente de la Autoridad Nacional Palestina es "el dirigente de una coalición terrorista".

La orden de represalia la dará el propio Sharon. El gabinete de Seguridad había sido convocado para la madrugada de ayer. Se trata de la segunda sesión que celebra con carácter de urgencia en poco menos de 48 horas. La situación es alarmante, como aseguraba el teniente coronel Olivier Rafowicz, portavoz del Ejército con una frase lacónica: "Es un incidente muy grave".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de octubre de 2001